C: o de como hablar sobre burradas y hierbas varias

El título lo dice todo. Bueno, no todo, pero muy cerca del todo. 99% del todo. Casi todo. Solo le falta decir que hierbas, y esas me las se yo no más.

domingo, 22 de enero de 2012

Hablo como escribo o de como el tiempo pasa pero no pa todos igual

Cáchate el salto. En serio, cáchate el salto!. La última entrada (del blog, no de la pelá) fue hace más de un año. Digamos sus buenos 14 meses. Pa' muchos eso es, literalmente, la nada misma: imagínese lo que deben sentir esos viejitos que gozan juntos la vida completa, que se conocen hasta el número de lunares de la cabeza de la media naranja (media seca, pero naranja al fin), el número de pelos en la guata (de esos que tienden a ser atrapapelusas deluxe como pa hacer un estudio científico (me ganaron el quienvive en serio)) o aún peor, el número de mentiras que uno dice aunque la cara de poker sea de esas tipo Pokerstars (ojo con el efbiai). Pa otros, es como diría la Sra. Gladys, un pispirrio, ese tiempo piñuflo en que uno escupe una frase y cuando sale uno la quiere morder con los dientes o atrapar con la boca porque sabe en que la cagó. El momento en que por torpeza torpe de manos torpes y motricidad torpe uno bota el clásico jarrón que no se debe botar y cuando lo va a agarrar se rompe... pero uno, torpe de torpe torpeza no saca la mano y se hace un tajo tipo Comando-"este es mi brazo lisiado"-style en el dedo shico que lo lleva al hospital donde por 3 horas espera que lo atiendan y al final le ponen un parche curita ordaca que se le cae a la cuadra siguiente. Bueno, ese momento es más corto que lo que escribí, y mucho más corto de lo que uno imagina. Así de corto pueden sentirse estos más menos 14 meses.

Al final el tiempo no pasa para todos igual. Y no corre igual todo el tiempo: a veces pasa de largo como cuando uno se acuerdo de algo brillante que se opaca al tirante y otras dura como Duracell o como una pena buena. Pero al final, el tiempo pasa igual. Y lo único que me he dado cuenta, como gran epifanía al escribir esto, es que luego de 14, escribo como hablo. Por lo menos uno aprende algo en 14 meses.

jueves, 28 de octubre de 2010

De nuevo o de como lee Taldo

De nuevo partimos. Hace tiempo que no escribía, pero el clásico "no tengo tiempo porque tengo que hacer cosas que tengo que hacer para poder hacer cosas que tengo que hacer para hacer cosas que tengo que hacer" me jodió el mucho más divertido "hago las cosas que me gustan". De repente es agobiante el tejemaneje del binomio poder-responsabilidad (vete al carajo Stan Lee con Piterparquer incluido) porque no se puede uno salir fácilmente: asumes una responsabilidad y te ganaste un Andatecabrito via HermesAntonio para ti (con cariño por supuesto). La cosa es que ahora ya me piqué y me puse a escribir no más. Terminé con las "asignaciones burocráticas" (que son piorquemascarlauchas) y nos largamos. Total, el que lee lee y el que no, se ahorra unos minutos de lectura a lo Taldo (del formato "papel que agarro lo lleno de escritura", pero leyendo... eh, usted me entiende, espero).

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lunes, 15 de diciembre de 2008

Final o de como no me gustan las camisas

No me gusta usar camisas. Usaba antes las tipicas camisas medias como sueltas, cuando hacia calor, pero nunca metidas en el pantalón. Don Moisés las usaba siempre así y creo que sólo para llevarle la contra me las sacaba y las usaba como si fueran poleras (más de algún partido de fútbol me jugué en ese vil formato). Ahora comencé a usar camisas de nuevo, pero en parte para que la Marce tenga más sonrisa Pep (ahora suena en mi cabeza la canción del Doctor Zaius que cantaba el mítico Troy McClure al que probablemente recuerden de películas tales como "Las Eróticas Aventuras de Hercules" o "El Electro-gigoló", pero diciendo "macabeo, macabeo") porque haciendo eso me deja gagá o para ocasiones especiales.

La última de estas ocasiones fue la famosa defensa de tesis, que espero sea la última (defensa de tesis, no estoy ni ahí con los valeotro, tan ñoño no soy). Me tuve que poner camisa. Súmele a eso zapatos ad-hoc y casi que me tuve que afeitar. Nadie juega con mi barba... nadie. También le pusimos empanadas y pisco sauer, para que los chutes quedaran contentos, aunque fue mucho más para la Asefe en pleno que llegó a las "lindas y olorosas" dependencias de l'ENS (hay que darle a los chutes que de repente "siglear" todo igual sueana piola).

También tuve que hablar lento. Bueno, un poco mas lento. Está bien, intenté hablar más lento. Al parecer eso se entendió porque el jurado de tesis me hizo preguntas (lo que significa que lo que intenté exponer fue entendido... algo aunque sea). Lo que importa es que llegamos al final, cosa que al principio, se veía lejos. Y lo que claramente es una idiotez. Menos mal que es el final de esta entrada porque si fuera el principio, verdaderamente sería tanto más ridículo que yo con camisas... no me gusta usar camisas.

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